Hola, soy la Cata y para ti que estás leyendo te quiero compartir una parte de mí.
El 2019, luego de haber transitado un tiempo antes una depresión de la que creía no tener escapatoria, fui diagnosticada de fibromialgia, poniendo fin a la búsqueda de un nombre que encasillara todo lo que sentía y que nadie podía decirme con exactitud que era, más allá de la depresión que estaba cursando, que por supuesto tenía acompañamiento terapéutico.
Cuando fui diagnosticada, me asusté. El mundo se me vino un poco abajo, no sabía de qué trataba esto de la fibromialgia, los médicos me explicaban en su lenguaje médico algo que no entendía y al mismo tiempo sonaba bien poco alentador, por otro lado, internet tampoco ayudaba mucho, ya que lo que leía no era muy inspirador.
En medio de todo un largo proceso transitado desde la negación, la rabia, la negociación, la depresión, la queja, y por supuesto que, con el acompañamiento de un tratamiento multidisciplinario, comencé a entender que la fibromialgia venia acompañada de un mensaje, el cual era Que mi cuerpo estaba expresando todo aquello que no podía decir a través de mi vos. Y que el camino que había elegido para transitar la vida no estaba siendo el correcto y mi cuerpo lo estaba protestando.
El camino a la aceptación de una enfermedad crónica, suele ser un camino largo y doloroso, ya que debemos aprender a vincularnos con el dolor y entender e integrar que no “somos el dolor”, que “somos más que el dolor”, que “el dolor no te define”, y llegar a aceptarlo puede llegar a ser muy difícil pero cuando aprendemos a vincularnos con eso, entendí que hay un camino bastante avanzado hacia el bienestar.
Por lo mismo es que junto a mi amiga Cami, quién apoyo inmediatamente la idea de generar este espacio en la web, es que queremos hacer visible la fibromialgia. Que este espacio te pueda servir de información, y porque no, también de contención.
Un abrazo grande y con amor.
¿SABÍAS QUE?
La fibromialgia es un síndrome de Sensibilización Central del Sistema Nervioso Central, el cual se caracteriza por ser crónico, acompañado de dolor musculoesquelético generalizado, fatiga, problemas cognitivos, de sueño y del estado de ánimo, así como también se presenta una hipersensibilidad en algunos puntos determinados del cuerpo conocidos como “puntos gatillo” respondiendo a la presión, sin alteraciones orgánicas demostrables.
Esta condición afecta a entre el 2% y el 4% de la población mundial, con una mayor prevalencia en mujeres de 30 y 50 años, en hombres en el mismo rango de edad, pudiendo manifestarse en cualquier etapa de vida, incluso en niños y adolescentes.
Causas y Factores de Riesgo
Aunque la causa exacta de la fibromialgia no se conoce con precisión y sigue siendo materia de estudio, existen algunas hipótesis respecto al desencadenante de la enfermedad. Como por ejemplo que existe una amplia alteración del Sistema Nociceptivo, cuya función es detectar y procesar la sensación dolorosa, que conlleva dolor espontáneo, continuo y extenso.
Se habla también de una relación existente entre las enfermedades somáticas y los estados de ánimo. Asumiendo que los procesos psíquicos (estrés, ansiedad, depresión) tienen un sustrato biológico y que su interacción con la enfermedad está basada en la bi-direccionalidad y en la complejidad de estos, pudiendo afectar los estados de salud.
Los datos recopilados en las últimas décadas muestran la complejidad de la interacción existente entre el Sistema Nervioso Central, Sistema Nervioso Autónomo, Sistema Inmunológico, Sistema Endocrino, Sistema Digestivo y cómo tanto los procesos fisiológicos como los psicológicos (estrés crónico, ansiedad, depresión) pueden desencadenar una cascada de efectos.
Predisposición genética, ya que el riesgo de padecer la enfermedad entre los familiares de pacientes con FM es de 8.5 veces mayor que en otras poblaciones.
Por otra parte, su aparición puede estar relacionada a eventos desencadenantes ambientales estresantes como: Traumas, estresores psicosociales, enfermedades médicas (enfermedades endocrinólogas, alteraciones del sistema inmunológico, síndrome de Estrés Post Traumático), Infecciones Virales (COVID, hepatitis viral, entre otros)
Síntomas Principales
El dolor crónico y generalizado en músculos, articulaciones y tejidos blandos es el síntoma más característico de la fibromialgia. Puede variar en intensidad y se describe comúnmente como un dolor profundo, punzante, ardiente o de tipo muscular. A menudo, se siente en ambos lados del cuerpo y se localiza en áreas específicas conocidas como «puntos sensibles» o «puntos gatillo». Otros síntomas son la Fatiga extrema que no se alivia con el descanso adecuado, los Trastornos del sueño demostrando dificultad para conciliar el sueño, despertares frecuentes durante la noche y un sueño no reparador. Como resultado, las personas con fibromialgia a menudo se despiertan sintiéndose cansadas y sin energía. Existen Problemas cognitivos, experimentando “niebla cerebral» o dificultades cognitivas, dificultades para concentrarse, pérdida de memoria a corto plazo y problemas para encontrar palabras.
Otros síntomas asociados son los dolores de cabeza, rigidez matinal, síndrome de intestino irritable, ansiedad, depresión, síndrome de fatiga crónica y síndrome de piernas inquietas.
Es importante destacar que los síntomas de la fibromialgia pueden variar de persona a persona en términos de gravedad y combinación.
Diagnóstico
El diagnóstico de la fibromialgia se basa en la evaluación de los síntomas, ya que no existen pruebas de laboratorio específicas para detectarla. Los médicos a menudo utilizan criterios de diagnóstico que incluyen Dolor musculoesquelético generalizado en al menos 11 de las 18 áreas corporales evaluadas en el Índice de Dolor Generalizado. Escala de Severidad de Síntomas que evalúa la presencia e intensidad de los 3 síntomas acompañantes fundamentales: a. Fatiga. b. Despertar cansado por sueño de mala calidad. c. Trastornos cognitivos de la concentración y memoria reciente, y la presencia y severidad de una larga lista de síntomas somáticos.
Al mismo tiempo evaluar la historia de síntomas de igual intensidad en los últimos tres meses. La persona no presenta otra causa clínica que explique sus molestias. El dolor corporal es generalmente referido como cansado o pesado en músculos y articulaciones. Además, las personas informan del desequilibrio familiar que este problema ocasiona poniendo en riesgo el mantenimiento y calidad de sus relaciones en este contexto.
Tratamiento
No existe una cura para la fibromialgia, pero el tratamiento se centra en el alivio de los síntomas por lo que es fundamental que sea multidisciplinario. Los enfoques incluyen medicamentos como analgésicos, anticonvulsivos y antidepresivos. Terapia psicológica, actividad física regular y suave para mejorar la condición física, reducir el dolor y mejorar el sueño. Manejo del sueño, enfocado a prácticas para la higiene del sueño. Estrategias para el manejo del estrés. Dieta y otros medios enfocados en lo que le sirva a la persona, ya sean, actividades recreativas, hobbies u otros a modo de generar liberación de endorfinas y “olvidarse” del dolor.
Importancia del Manejo a Largo Plazo
Dado que la fibromialgia es una condición crónica, el manejo a largo plazo es crucial. Las personas con fibromialgia pueden mejorar significativamente su calidad de vida mediante un tratamiento adecuado y una red de apoyo informada, fuerte y presente.
Gracias por leer, hasta pronto.